domingo, 27 de febrero de 2011

¿Parlamento? de Canarias

Esta semana hemos sufrido el debate del Estado de la Nacionalidad en el Parlamento de Canarias donde un "optimista" Paulino Rivero ha aprovechado para hacer un mitin barato y vergonzante y que si pasa a la Historia Política, es como ejemplo de lo que no se debe hacer en Política: mentir e insultar con estas mentiras al más mínimo atisbo de inteligencia y sentido común de la sociedad canaria, a la que dice representar.

Porque a nadie se le escapa las gravísimas deficiencias en empleo, sanidad, educación, aplicación de la  Ley de Dependencia ... que hacen que Canarias sea una de las regiones con más paro global, más paro juvenil , más pobres, más fracaso escolar...Mis vecinas y vecinos así lo confirman, sorprendidos y perdidos ante un mar de números y datos estadísticos ofrecidos por el Presidente Rivero, porque la realidad y su experiencia día a día se lo confirman. Y no digamos la reacción de Asociaciones que trabajan y conocen más en detalle las condiciones y recursos que ofrece el Gobierno de Canarias para poder desarrollar programas que permitan en definitiva el desarrollo social de Canarias.

Los datos ofrecidos por el Presidente no han sido maquillados, directamente han sido manipulados  y además torpemente.

Pero cómo es posible que esto ocurra en "democracia". La respuesta hay que buscarla en el sistema electoral y más concretamente en el canario, que por cierto, no está regulado por Ley  específica sino por  el artículo 9 y la Disposición Transitoria Primera del Estatuto de Canarias. De esta manera se establece unos topes absolutamente antidemocráticos del 6% regional o del 30% insular de manera que formaciones políticas muy votadas en una isla quedan sin representación a favor de otras con menos votos en la misma circunscripción pero que han superado la barrera del 6% regional.

En Canarias, el 16 % de la población electoral que vota se queda sin representación frente al 3-5 % de otras comunidades.  Esta es quizás una de las causas del altísimo grado de abstencionistas que desanimados por la pérdida de representación y por la espiral de degradación política que eso ha conllevado ante la falta de competidores políticos en el Parlamento (recordemos que son tres los partidos con representación parlamentaria).

Rivero cuando acude al Parlamento sabe que no tendrá que superar  ningún examen, convirtiéndose todas sus intervenciones en un mero trámite parlamentario que sostienen la pantomima democrática en el Parlamento Canario. Pero no por eso tenemos que ceder ante nuestro derecho y responsabilidad ciudadana de ejercer el voto en conciencia con el firme propósito de presionar, exigir y pemitir una prática política plural y democrática.







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